Mi CAMINO

Hoy nadie le escribirá versos al rocío porque es de piedra, aristas níveas quebrando los secos pétalos que osaron abandonar el redil. La escarcha ha marchitado las flores que planté para ti. Sé que no te importa, siempre has desdeñado mis halagos, siempre sin embargo, los has tenido.
Detestabas las caricias que nunca te faltaron y horadaste mis anhelos insultando los detalles que te presté con recibos de indiferencia. Todavía no has conocido un alba sin presentes en el altar que te levanté y en lugar de agradecimiento me ofreciste desprecio.

Perdí la cuenta de las noches sin dormir cuando comencé a soñar con luz. Y más horas hubiera soñado contigo de haberme dejado dormir. De nuevo manché de carmín mis lentillas al intentar esquivar las ojeras que me provoca este aliento inflamable, de lengua árida. Besé la nicotina porque es proscrita. Porque me hace daño, cómo tú.
Conforme de mi inconformismo mereciste la pena mientras no supe donde hallarte, mientras no correspondiste ni una de mis miradas.
Hoy me estás esperando, lo sé, para confesarme que me amas, que adoras a tu esclavo, que piensas redimirme.
Elegiste este día. Pero no iré a buscarte, tengo los pies fríos y mis flores están secas. No quiero mirarte esta mañana porque es gélida. No preguntaré por ti, como siempre, porque sé donde estás. No quiero hallarte.
Comprenderás mi necedad cuando me busques, cuando esquive tus miradas. Me amarás hoy, porque yo te amé hasta ayer. Porque hasta ayer pude recoger las flores y calentar mis pies cruzando las veredas que nos distanciaban. Si nada nos separa no habrá caminos que sembrar con ilusiones. No habrá felicidad.