
Vivir intensamente no es tirarse
en paracaídas, es educar tu sensibilidad. No desdeñes nunca un gesto, una
sonrisa o un apretón de manos. Enamórate con una mirada y sueña. Diseña un
castillo en el aire. Sufre y llora, emociónate y arriesga y siente la calidez
del suelo en cada derrota. Equivócate. Ama y procura tiempo a tu familia y a
tus buenos amigos. Viaja. Prueba todos los sabores. Explora dentro y fuera. Es
tu deber emocionar y provocar a los demás. Ríete y contagia el buen humor.
Siente que esa película o esa canción se compuso para ti. No debes conocer el
significado de la palabra rendirse. Sé consciente de que sólo estas a un paso
del siguiente, y crece. Apaga la televisión y sé crítico con tu mundo. Exige, a
ti el primero. Rodéate de las mejores personas. Entiende que el dinero es un
medio y no un fin. Comprende la diferencia entre comodidad y felicidad.
Para mí no es una opción, hasta
contando esto se me pone la carne de gallina, y estas son mis flores, mi honra
y mi homenaje a nuestros difuntos. Sentir. Vivir.